En la Argentina, mas precisamente en las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Neuquén y Santa Fe,
grupos organizados de personas provenientes de los sectores populares se abalanzaron
sobre supermercados para saquear alimentos, vestimenta y hasta aparatos tecnológicos.
Los acontecimientos ocurridos en la provincia de Santa Fe, tuvieron lugar en el
día de ayer jueves 20 de diciembre, en el marco de una inundación producto de
las fuertes lluvias, cientos de personas atacaron supermercados chinos dejando
un saldo de dos muertos. Hoy 21 de diciembre, en San Fernando, provincia de Buenos
Aires, se vivió un caos parecido, 300 personas marchando con palos y piedras
atacando varios comercios lo que obligo a la intervención de la gendarmería
para desarticular lo que parecieron ser robos planificados.
De estos hechos hay dos voces, y ambas partes se hechan culpas mutuamente. Durante toda la semana tuvo lugar, en el corazón de Argentina, en la Ciudad de Buenos Aires, marchas impulsadas por el secretario gremial Hugo Moyano que provocaron un tremendo caos de transito en el centro urbano mas poblado del país. Haciendo gala de su gran capacidad de convocatoria y movilización de masas, Moyano utilizo reclamos populares y legítimos (Jubilaciones, baja de impuestos a los trabajadores) para justificar intereses particulares y espurios que solo persiguen la propia ambición de poder personal. Esto hizo que el oficialismo apunte a la figura del líder de la CGT Azopardo como principal impulsor de los saqueos. Moyano ante esto respondió excusándose y agrego "Si alguien impulso los saqueos, fue desde el propio Poder".
Lo irrisorio es que luego de mostrar durante toda la semana la capacidad de convocatoria que tiene su figura Moyano señale al poder como algo externo a él. Por otro lado, es innegable el nivel de marginalidad social en el que se encuentra la gente que se ha movilizado para, en el marco de las fiestas, poder conseguir el alimento que les falta durante todo el resto del año. Por mas que Abal Medina diga: "Quieren quebrar este gran momento que está viviendo la Argentina" o Scioli señale que el motivo principal de la revuelta es el vandalismo y no el hambre, la pobreza es una realidad innegable en nuestra nación y no es la primera vez que hechos como estos han ocurrido en Argentina durante las vísperas de las festividades.
Como conclusión seria bueno reflexionar sobre el grado de violencia que ha adquirido el discurso político mas allá de la cuota de verdad que este pueda tener. Por un lado, acusar a un funcionario gremial de movilizar gente en nombre del hambre solo para desestabilizar a un gobierno que no le otorga privilegios supone un grado de crueldad insoportable, pero desconocer las condiciones de emergencia existente en los sectores mas desfavorecidos de la sociedad supone condenarlos de por vida a su condición de marginalidad. Si toleramos que en el discurso político se manejen estos niveles de violencia no pidamos que en la sociedad haya paz, porque como diría el gurú K Ernesto Laclau: “La realidad, tal cual nosotros la entendemos se construye en el discurso”.
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